martes, 12 de mayo de 2009

EDUCACION MAYA



LA EDUCACIÓN MAYA


Es importante recopilar los datos de cómo se dio la educación en nuestros antepasados, en este caso se enfocará a “los mayas”. Con unas costumbres muy estrictas, éstos dejan grandes demostraciones de lo inteligentes que eran. Las materias que se les enseñaba, hoy en día son derivadas de las que se practican y las formas de enseñanza son las que se tienen que comprender para obtener una recopilación de lo bueno y lo malo para un buen desempeño laboral.
La Educación Maya es sin duda alguna una de las más
interesantes, destacando sus creencias, costumbres y conocimientos,
distinguiendo al igual el rol por género que se debía cumplir
rígidamente. Su vida estaba enfatizada hacia tres fines muy importantes para ellos:
servir a su pueblo, a su religión y a su familia, recalcando lo antes
mencionado de acuerdo a su condición sexual. Las principales
cualidades que los dos (hombres y mujeres) debían tener consistían en
amar al trabajo, la honradez, el respeto y la continencia sexual.

Hombres
Enfocándonos ya en el hombre, desde el momento de su nacimiento el
sacerdote le fijaba su futuro y sus labores por medio del horóscopo, la
educación comenzaba desde el hogar pero eso no quiere decir que
toda su vida era allí, a los cuatro meses se le colocaba al niño maya
una hachita en la mano que significaba que parte de su labor debería
estar en ser un buen agricultor. ¿Porque a los cuatro meses?
La razón es muy simple, este significaba el número sagrado del tiempo
en el que el maíz fertilizaba.
Los niños jugaban en su infancia hasta los nueve años, sus juegos eran
prácticamente educativos, es decir simulaban a como harían su labor
de grandes. A partir de los nueve años hasta los doce los niños mayas
ayudaban a sus padres en las labores del campo (recolección, siembra,
caza, pesca etc.)
Al cumplir los doce años, eran bautizados consagrándolos para la vida
pública, lo cual significaba que a partir de esta edad abandonaban el
hogar para ingresar a establecimientos educativos (internados).
Pero existía la diferencia de clases, por tal motivo que no se
mezclaban, es decir uno era para los hijos de la nobleza y el otro para
la clase media. Lo más destacado que se les enseñaba a los nobles era
la liturgia, la astrología, la escritura, el cálculo y la genealogía. Mientras
que a los hijos de la clase media, el mayor porcentaje de enseñanza
fue destinado a la educación de la práctica militar.

Mujeres
En el caso de las mujeres al igual que a los hombres desde su
nacimiento el sacerdote les indicaba su labor y su futuro, que a
diferencia del hombre a las niñas mayas a los tres meses se les hacia
imitar un ejemplo de la molienda de maíz. En el caso de los juegos de
su infancia lo hacían relacionado con sus labores en el futuro, a los
nueve años ayudaban a sus madres en las labores domésticas.
Las madres de las niñas mayas conforme iban creciendo procuraban
irles enseñando todo lo que sabían, desde las labores domésticas hasta
sus propias experiencias de vida.
Otras de las partes importantes que se les enseñaba con respecto a su
actitud, era que enfrente de un hombre debía guardar respeto, en
cuestiones del amor se les creaba un sentimiento de vergüenza ante el
varón, es decir al encontrarse con un hombre se debían hacerse a un
lado dándoles la espalda o volteando la cara, lo mismo sucedía al
darles de comer o si recibía de él alguna cosa. Aunque tenían estas
reglas estrictas esto no era obstáculo para que no fueran amables,
puesto que era una de sus labores el ser corteses y bien portadas.
Siempre se mostraban limpias de alma y de secretos.
Las labores de la mujer eran duras y abundantes, desde el inicio del día
hasta el anochecer debían estar continuamente ocupadas y sin hablar,
cumplían con sus labores domésticas (tejidos, cocina, molienda de
maíz, lavado, aseo de la casa, educación de los hijos, traslado al
mercado a vender o comprar y crianza de animales domésticos, pago
de los tributos) y si era necesario debían atender a las siembras que
era labor de los hombres. Había distinción igual para las hijas de los
nobles, recibían una educación más cuidadosa y en instituciones más
especializadas. Las sacerdotisas por ejemplo que su labor era cuidar
del fuego, limpieza de los templos y algunos asuntos de índole más
religioso. Como en todo eran supervisados por superiores cumpliendo
con la más estrictas reglas, las cuales al ser violadas se castigaba con
la muerte. A pesar de esto tenían la libertad de casarse una vez que
salían de estas instituciones que eran como especies de conventos,
pero durante toda su soltería debían ayudar a los quehaceres
domésticos.

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